La formación busca crear condiciones para:
Pensar cómo mantener pública la escuela, el aula y el cuaderno, como lugares abiertos a todos;
Compartir, trabajar juntos, estar atentos, promover la atención de nuestros estudiantes, escuchar y ser escuchados;
Conversar la experiencia de todo el grupo, mostrando que crear un mundo común se extiende hacia la comunidad y la vida cotidiana;
Recuperar las experiencias de los actores, incluyendo las escolares y las de la vida cotidiana, del presente y del pasado;
Pensar que entrar al mundo de la escuela requiere salir de casa, traspasar un umbral;
Comprender que para hacer escuela es necesario crear un mundo común, poniendo en diálogo nuestros saberes con los de los otros actores;
Emanciparnos de los espacios domésticos, de reproducirlos en nosotros, para hacernos más autónomos y críticos de nuestras maneras naturalizadas de ser y pensar;
Aceptar que en la escuela no estamos en la casa sino “en público”, con los otros, a los que debemos respeto y cuidado;
Ponernos en el yo público y “en público”;
Ser conscientes de que es nuestra responsabilidad que el aula y la escuela sean lugares amigables y de confianza, creando condiciones para que los estudiantes se sientan acogidos y aceptados;
Valorar la diferencia que hace la escuela cuando es presencial, al crear un espacio y un tiempo públicos;
Constituir comunidad, pensar y crear en colectivo.
Indaga, escribe y comparte un relato acerca de:
¿Qué pasa en tu escuela con la forma en que se aborda la igualdad y lo público?
¿Cómo docentes, qué desean saber y qué hacer para crear un mundo común, en condiciones igualitarias?
¿A qué formación docente aspiran?