Es clara la relevancia del trabajo colaborativo entre docentes, no sólo para afrontar las situaciones impuestas por las contingencias sino en cualquier contexto.
Para algunos colectivos docentes, este tiempo de pandemia ha sido una oportunidad para cohesionarse y fortalecer la alianza con las familias y la comunidad, identificando nuevos canales de comunicación y robusteciendo los puntos de encuentro entre escuela y entorno, procurando la cercanía entre ambos, y acompañando a los estudiantes en sus procesos y en sus aprendizajes no sólo intelectuales, sino los que incluyen otras dimensiones de su desarrollo, teniendo como preferencia la solidaridad, la empatía, el cuidado mutuo, la salud, el respeto del medioambiente, el consumo responsable y el reciclaje.
Les proponemos algunas preguntas para reflexionar sobre la potencia del trabajo colaborativo docente:
En su escuela o plantel ¿se han reunido en colectivo para compartir y reflexionar sus experiencias, y poder dar respuesta a situaciones particulares que se han presentado en el confinamiento?
¿Qué oportunidades identifican en la nueva situación de enseñanza y aprendizaje en sus contextos?
Al iniciar el confinamiento, ¿crearon una propuesta de trabajo conjunto?, ¿consideraron las diferencias entre sus estudiantes?
¿Cómo han atendido el manejo de las emociones de los estudiantes, en su escuela o plantel?
Probablemente la contingencia vino a sacudir las certezas y muchos docentes están cuestionándose y reflexionando, quizá es el momento de tomar otro rumbo y volvernos más humanos, más flexibles y colaborativos…