Las emociones son procesos complejos, que no pueden ser encasilladas en una definición.
[…] una emoción ¿no es una e-moción, vale decir, una moción, un movimiento, que consiste en ponernos fuera de (e-, ex), fuera de nosotros mismos? Pero si la emoción es un movimiento, en consecuencia, es realmente una acción: algo así como un gesto al mismo tiempo exterior e interior, puesto que, cuando la emoción nos atraviesa, nuestra alma se conmueve, tiembla y se agita, y nuestro cuerpo hace montones de cosas de las que ni siquiera tenemos idea (Didi-Huberman, 2016, p. 31).
En este sentido, las emociones son las motivadoras e impulsoras de los comportamientos y acciones, así como estimulantes del movimiento corporal. A su vez, nuestros pensamientos orientan y condicionan las emociones que sentimos, por lo que se dice que, los seres humanos experimentamos una relación en espiral entre nuestras emociones, pensamientos y acciones.
Según Piaget (1999), “la conducta supone dos aspectos esenciales y estrechamente interdependientes: uno afectivo, otro cognoscitivo” (p. 14), por lo que considera que los afectos o emociones son la energía para la acción, mientras que, el conocimiento le da estructura.
A continuación, te presentamos el relato de Marta, maestra de educación básica. En su narrativa se observa el vaivén de emociones a lo largo de su día.
Me acuesto muy cansada, no entiendo lo que pasa. Me despierto contenta, me animo para seguir. Empiezo el día. Me siento ante la computadora, siento alegría y al mismo tiempo desconcierto. Hoy nuevamente extraño la presencia de mis estudiantes. Me gustaría saber que están bien. Pienso en aquellos que no han tenido la posibilidad de seguir este nuevo paso, sé que algunos no regresarán y no puedo evitar sentir impotencia. Lo cierto es que, por el momento, necesito dedicar mi energía a los que siguen aquí. Me levanto a comer algo, poco a poco me voy entusiasmando, el día soleado me ayuda. Mis estudiantes me animan a seguir. Escucho el sonido de los pájaros, cada vez más intenso. Me pregunto por qué mis sentimientos son tan cambiantes y me doy cuenta de algo: si los miro, y pienso, por ejemplo, que tengo tanto que agradecer, empiezan a cambiar. |
Te invitamos a pensar en un día durante el confinamiento. Relata las actividades que realizaste, así como las emociones que te acompañaron. ¿Qué emociones identificas en el relato?, ¿puedes reconocer cómo éstas cambiaron en el transcurso del día?
Comparte con nosotros los productos de las actividades que propone el itinerario formativo, así como material de elaboración propia que consideres está relacionado con su contenido. Da clic aquí
Deja tus comentarios
Enviar un comentario