La situación de excepción que vivimos con la contingencia sanitaria nos coloca frente al desafío de pensar cómo encarar la reapertura de las escuelas y planteles, para imaginar formas de estar juntos y, al mismo tiempo, mantener la sana distancia.
En nuestras vidas el cuerpo desempeña un papel fundamental. De igual forma en el proceso educativo la presencia es importante porque contribuye a fortalecer el vínculo educativo. A través del cuerpo entramos en contacto con el mundo que nos rodea, percibimos, nos comunicamos, exteriorizamos nuestras emociones y le hacemos saber al otro que estamos ahí.
Los gestos y los movimientos que se emplean diariamente nos forman y nos ayudan a construir comunidad. Dar la bienvenida, agradecer, despedirse y pedir permiso se traducen en movimientos del cuerpo como abrazar, chocar las manos. En una situación como la generada por la contingencia sanitaria, la tensión entre evitar el contacto físico y mantener los rituales del vivir juntos ofrece la posibilidad de inventar nuevos gestos.
Te invitamos a pensar en algún gesto, movimiento corporal o postura que te permita dar la bienvenida a tus estudiantes, cuando llegue el momento, y les haga saber que te alegras de verlos, pero sin que se produzca contacto físico. Describe el gesto, así como las emociones que buscas despertar.
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