Promoverse a una función directiva implica asumir nuevas y diversas responsabilidades que requieren atenderse de manera simultánea. Para afrontar el reto, las Intervenciones formativas (IF) que acompañan a los directivos de EB y EMS en su primer año, enfatizan procesos de reflexión que favorecen, entre otros aspectos, la construcción de su identidad profesional y su socialización en la cultura escolar.

La identidad profesional es una construcción de doble vía, comprende una dimensión personal y otra social. Es personal porque la interacción con los otros refuerza la mirada de sí, a través de las percepciones, creencias y valoraciones que se tienen para realizar las labores educativas, y es social, porque atiende la imagen social ante los sujetos del entorno.

La conformación de la identidad profesional de los nuevos directivos se promueve al recuperar experiencias personales y ponerlas en interacción con el entorno social, cultural e institucional en que laboran. Implica reflexionar sobre la función directiva y sobre cómo se ven y sienten en esta nueva función.

Al ingresar a la función directiva, los docentes disponen de sus experiencias previas, su formación inicial y su perspectiva sobre dicha función. Sin embargo, estos referentes son cuestionados por las interacciones y las relaciones que suceden en la escuela o plantel específico al que se incorporan, por lo que se experimentan tensiones entre sus referentes que en ocasiones se contraponen a la dinámica de la institución escolar.

La socialización es un proceso de aprendizaje a través del cual el directivo que se incorpora a una institución escolar desarrolla y fortalece saberes y conocimientos para establecer relaciones de colaboración con quienes integran las comunidades educativas y participar en su transformación.