La contingencia sanitaria trajo un tiempo de pausa, de suspensión de las actividades que constituían nuestra vida habitual, pero “impuso” otras a las que seguramente no estábamos habituados. El tiempo cronológico, aquel que era representado por los griegos como el dios Cronos, siguió pasando y trayendo cambios y novedades, ignorando que el mundo social modificó su ritmo de modo radical.
Sin embargo, en la visión griega existía otro tipo de tiempo llamado Kairos, es decir, el tiempo de oportunidad. Kairos, era hijo de Zeus y de la diosa de la Abundancia, y fue representado como un dios medio calvo que sólo tenía cabello en la parte delantera de la cabeza. Su imagen hace pensar en que las oportunidades pasan muy rápido y si no las tomamos por los pelos, justo en el instante adecuado, se pueden ir. A diferencia de Cronos que avanza a paso constante y no se detiene, Kairos da la posibilidad de extender el tiempo y vivirlo plenamente como un eterno presente.
Si bien la contingencia ocurre en un tiempo cronológico, también puede ser un tiempo de Kairos, la posibilidad, la ocasión para replantear nuestras formas de construir conocimiento, de relacionarnos y hacer educación.
A propósito de la idea de contingencia como posibilidad, te proponemos una actividad artística empleando un género del arte contemporáneo que se conoce como Instalación. Como su nombre lo indica, consiste en la instalación de objetos en un lugar determinado con la idea de cambiar la percepción que se tiene de ese espacio. Este género de arte permite el tránsito y la interacción con los espectadores.
En los últimos días se ha discutido y hablado mucho sobre la evaluación de los estudiantes y los aprendizajes que quedaban pendientes por lograr. Siguiendo esa idea te pedimos que reflexiones sobre qué sería para ti lo más importante que tus estudiantes aprendan en este ciclo escolar que va a iniciar.
Escribe esta idea a modo de deseo, por ejemplo: Deseo que mis estudiantes…Usa una tarjeta pequeña para escribir tu deseo.
Recomendamos que realices esta actividad con tus estudiantes; pídeles que escriban un deseo para el siguiente ciclo escolar. Cuando se encuentren en la escuela o el plantel, valora con ellos en qué lugar podrían colocar el árbol de los deseos.
Puede ser un árbol, un poste o una instalación que se asemeje, donde cada uno colgará lo que escribió. Al final del ciclo escolar pregunta a tus estudiantes si sus deseos se cumplieron.
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